viernes, 1 de junio de 2012

This was not for me - and I wanted so much more

Plateado como los cabellos de la abuela Leonor. Esas cintas incalculables en las que se esconden años de sabiduría y experiencia. Sabiduría y experiencia que muchas mujeres esconden con químicos, como si fuera algo malo; ella andaba por la vida así, y no importaba. Hasta él tiene alguna que otra, pero no le preocupan, hasta le gustan.
Plateado como el mar con el reflejo del sol bien temprano a la mañana.
Plateado como el papel metalizado de la carne que mi tía me hace al horno con, más que amor de tía, amor de madre tardía.
Plateado como el anillo de compromiso que compartíamos con El Zahir.

Plateado era el caño de la pistola que me estaba apuntando. Detrás de las manos que la empuñaban, una campera azul, deportiva, y la figura oscura de un hombre joven con ojos desorbitados, que se abalanzaba hacia mi auto desde las plazas traseras del Corsa que yacía cruzado delante mio y del cual acababa de bajarse.
El motor se apagó cuando solté el embrague, presa del pánico al notar un segundo cañón plateado apuntándome en mi ventanilla de conductor, y al escuchar la voz que a los gritos me pedía que abriera la puerta, mientras golpeaba el vidrio frenéticamente con la mano libre.
No hubo que abrir la puerta del acompañante ni las traseras, porque las dos figuras, ahora tangibles, entraron conmigo a la parte delantera del auto, empujándome al asiento a mi lado. El que divisé primero pasó primero también, y me obligó a sentarme encima suyo. El segundo arrancó, y se dispuso a seguir al Corsa gris que ahora lideraba la caravana del terror.
Con manos temblorosas, notablemente agitado y excitado, me revisaba la cartera y analizaba y separaba el botín. Una computadora, dos celulares, un disco externo. Ni el Prüne Moi de dulce aroma quedó fuera de él. El ladrón de poca monta hasta examinó mis manos y cuello en busca de alguna alhaja de valor, mientras me preguntaba dónde vivía y con quién y, al mismo tiempo, se peleaba por radio con algún socio que viajaba en el vehículo que comandaba, porque aquel no se detenía para poder librarse de mi y seguir camino juntos. "Tirala, tirala", se escuchaba desde el aparato de teléfono.
El pánico y el terror me habían dejado sin habla. Casi monosilábica, dudosa y aterrada por que alguna de mis respuestas no guste -o guste demasiado-, respondía las preguntas del asaltante cuyo nerviosismo se notaba cada vez más cuando tenía que repetirle a su interlocutor, a los gritos, que tenerme encima a mi en un auto 5 puertas con las plazas traseras vacías, llamaba mucho la atención.
Un poco más adelante en una bocacalle que a metros tenía una avenida, el conductor pasó un lomo de burro y mi asiento humano abrió la puerta de nuestro lado. Me empujó fuera del auto. Cerré los ojos y esperé.

Nada.
Cuando los abrí, mi auto y los asaltantes estaban cruzando la avenida San Martín en Lanús; y yo caminaba llorando desesperadamente a la estación de servicio a pedir ayuda.

12 días habían pasado desde la muerte de mi tío, el 5 de Diciembre del año pasado que sufrí este asalto. Un día desde que había anunciado en mi trabajo mi intención de renuncia porque ya no soportaba más el maltrato y el exceso de trabajo. Tres meses de terapia psiquiátrica y licencia en el trabajo por stress laboral, ataques de pánico, angustia y depresión. Medicamentos por doquier. Miedos, cuestionamientos, broncas. Frustraciones.

Dum loquimur, fugerit invida aetas. Carpe diem, quam minimum credula postero, es lo que dice la tinta bajo mi piel en mi baja espalda, la cual me hice en imprimir luego de haber perdido a mi mamá en el año 2007.
Tanto tiempo he pasado preocupándome por tantas cuestiones efímeras que me olvidé de lo que me tatué hace dos años. Quizás la espalda no es un lugar muy visible para recordármelo todos los días... El 5 de Diciembre de 2011 sentí que me arrebataron todo el esfuerzo de mis años de trabajo, todo el sacrificio de años de ahorro. El orgullo de tener lo mio propio y sin deber nada a nadie. Me sentí sucia y ultrajada. Desamparada.

Después de las fiestas decidí que necesitaba terapia adicional y me fui a mi eterno amor, al mar. Él se ofreció a acompañarme y desde entonces se empezó a ver la luz al final del túnel. Tras 15 días de sol, arena y mar, una voz en el teléfono me confirmó la fecha de ingreso a mi nuevo empleo. Semanas más tarde estaba iniciando el curso de ingreso de la carrera de Administración de Empresas en una universidad católica. Meses más tarde me otorgaban la renovación de mi contrato de alquiler. Un poco más adelante llegaba la alegría de mi vida; mi Amstaff, Iron.

Y de a poco me voy aferrando cada vez más a las palabras escritas en gótico en mi espalda. Lo cual ilusamente me pasé la vida pensando que así lo hacía; pero estaba equivocada y ahora aprendí mi lección. Es la idea de la vida, ¿no? Ya no me preocupo si no llego con una entrega en el trabajo. Ya no me interesa que alguien quede con una pregunta en la boca mientras salto al ascensor para irme a la facultad. Ya no ahorro para ser la más rica del cementerio. Ya no me amoldo a nadie. Ya no mantengo falsos lazos de amistad o de sangre. Ya no me amargo por banalidades. Me enojo conmigo cuando pienso en El Zahir. Ya no me cuestiono el pasado.
Disfruto. Me burlo. Me compro. Me complazco. Estudio. Me divierto. Me respeto. No pierdo más tiempo; mi tiempo, mi único tiempo, mi única oportunidad. Aporto a mi karma. Y, seguramente, en la próxima vida me vaya mucho mejor . If I die tomorrow I'd be alright because I believe that after I'm gone, the spirit carries on.


So many years have passed
Since I proclaimed my independence,my mission, my aim, and my vision; so secure.
Content to live each day like it's my last.
It's wonderful to know that I could be something more than what I dreamed.
Far beyond what I could see.
Still I swear that I'm missing out this time...



3 comentarios:

  1. Srta. Gray,
    Si en algún punto de su actividad literaria hace una pausa en la lectura y arranca con la escritura, le suplico que este último -el de disfrutar el día y desprenderse de lo inimportante- sea el tema de su obra.
    Además, le imploro que de alguna manera me haga saber cuando esté pronta a ser completada, porque -sea manual de instrucciones, crónica de su propia práctica, o ficción con mensaje subliminal y subyacente- quiero ser el primero en colocar una pre-order del libro en cuestión.
    Me hace mucha falta, y juro que el pedido no se basa en autocompasión sino en pura envidia.

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  2. Srito. Her,
    Qué placer me da el saber que suprimo mi blog un día, y al rato lo vuelvo a abrir, y usted siempre está firme al pie del cañón dispuesto a leerme.
    Si en algún punto de mi actividad literaria opto por la escritura, éste es definitivamente el tema que me gustaría cubrir. Pero no con la intención de impartir enseñanzas a nadie, sino como el relato escrito de mi experiencia personal. Como la Dra. Kübler Ross lo ha hecho.

    Por el momento, la obra literaria se ve reducida a tan solo este blog. Si sirve de ayuda, musa, inspiración a alguien, me llenaría de alegría.

    Besos inmensos y sabé que siempre te tengo presente :)

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  3. Por supuesto que es pura inspiración. Y nunca dejé de reconocer que este espacio se trata justamente de una obra literaria --por eso mismo me tenés acá, ever tenacious.

    Seguro que sirve!
    Sirve de enriquecimiento, de vitamina, de compañía y... de cercanía.

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